Los alumnos han realizado una intervención que utilizaba el agua como generador universal de un paisaje sensitivo: para tocar, escuchar, oler, vio y probar. Como elemento efímero que, por su condición líquida y de movimiento, era idóneo para estimular los cinco sentidos.
Para que el universo sensitivo llegue a quien la observa, los alumnos quisieron hacer circular el agua a través de un sistema de circulación por goteo de altura, de donde surgía la primera contracción: la lluvia cayendo un soleado día de primavera. El agua se iba recogiendo en vasos apilados, unidos por silicona caliente y cubiertos de papel de celofán de colores. Un material que, por su transparencia, reflejaba la luz a través del agua y hacía percibir todo un universo de colores.