24 de noviembre de 2009
En el marco de los Picnic4Working, serie de encuentros organizados para favorecer el trabajo en red y el intercambio de experiencias, diversos profesionales del sector de la informática debatieron el 19 de noviembre pasado sobre el software libre, un sistema que se perfila como un aliado de las pequeñas empresas porque les permite desarrollar sus propios proyectos.
El encuentro empezó con la intervención de Joan Pons, vocal de Relaciones Institucionales de la ATI Cataluña, que dio paso a la charla de Eulàlia Formentí, de la Cátedra de Software Libre de la UPC. Formentí calificó el software libre como «una expresión de lo que pasa en la sociedad del conocimiento, y de cómo las TIC ayudan a la difusión de este conocimiento». Formentí aseguró que el software libre no es sólo una licencia, sino que también se tiene que tener en cuenta la comunidad que lo sustenta, las metodologías que lo desarrollan, los medios que lo distribuyen y la comunicación que se establece entre sus creadores y los usuarios. La experta explicó algunas de las claves de este software, que se basa en una comunidad organizada en equipos de trabajo con un líder carismático y que dispone de metodologías ágiles y de diseños que cambian y se implementan a medida que el usuario los va utilizando. Un sistema «que está aquí para quedarse», dijo Formentí, y que es «una gran bola de nieve sin freno». Su éxito se debe al hecho de que se trata de un producto bien elaborado y con una buena respuesta a las aportaciones de la comunidad. «Podemos aprender muchas cosas del software libre: la difusión es muy importante; la comunidad y la motivación son indispensables; la comunicación entre el desarrollador y el usuario tiene que ser intensa, y el diseño y la implementación se convierten en fundamentales».
Un sistema con un coste mínimo
En la segunda charla Jordi Vilanova, vicepresidente de CatPL (Asociación Catalana de Empresas para el Software Libre), analizó el sistema de software libre desde el punto de vista empresarial, con el objetivo de averiguar cómo pueden sacar provecho de él las compañías. Vilanova comparó el software libre con el software privativo, que es de pago, y aseguró que el valor que aporta el primero puede ser equivalente al del otro, y con un coste mínimo. Aunque ambos aportan la misma funcionalidad, Vilanova aseguró que la razón de la baja adopción del software libre se encuentra en la ausencia de una maquinaria de marketing detrás. Según el vicepresidente de CatPL, las empresas que desarrollan software libre tienen ventajas porque las barreras de entrada disminuyen y los costes son mínimos. Vilanova continuó explicando las bondades de este sistema, que pertenece a un mundo «salvajemente liberal, y no a uno socializante». Según explicó, el único baremo que funciona es tener éxito en el mercado. El empresario dibujó el panorama de la economía local catalana y afirmó que tiene un gran aliado en el software libre: «Este sistema posibilita que las pequeñas empresas hagan el desarrollo de sus proyectos. Si quieres liderar un proyecto propio, tienes que desarrollarlo en software libre.»
En el debate que tuvo lugar posteriormente se hizo patente la idea de que el método de trabajo del software libre «se irá aplicando a otros sectores de la sociedad». ■