6 de mayo de 2009
Este grupo de investigación, que trabaja en el marco del Grupo de Computación de Altas Prestaciones, desde el primer minuto está investigando la llamada nube que supondría el fin del escritorio de los ordenadores y que dejaría de lado los sistemas operativos y los discos duros. Trabajar en la nube supondría que toda la información se encontraría en la red y sería accesible desde un simple navegador.
Actualmente, una de las cuestiones que más preocupan a las empresas del sector informático es saber cómo se pueden coordinar las miles de máquinas que hacen posible la nube. Este grupo de investigación, cuyo responsable es David Carrera, ya trabaja para dar respuesta a estas empresas. Carrera explica que «una de las líneas de investigación en las que trabajamos se centra en qué podemos hacer para que los programas nos digan cómo serán las aplicaciones del futuro».
Virtualización, utility computing o software as a service (SaaS) son conceptos clave para entender el potencial del cloud. La virtualización consiste en crear máquinas virtuales dentro de máquinas físicas con la finalidad de multiplicar la eficiencia.
La utility computing , en cambio, es el suministro de recursos computacionales, como pueden ser el procesamiento y el almacenaje. Este sistema tiene la ventaja de que la adquisición de la maquinaria tiene un coste nulo o muy bajo.
Carrera define el SaaS como «la tendencia a vender el software como un servicio». Según explica Jordi Torres, coordinador del equipo de investigación de la cloud computing, «el fenómeno de la cloud computing va más allá del simple hecho tecnológico y es en sí mismo un estímulo para la innovación de las empresas, que combina los beneficios de la externalización y del pay per use«.
Esta es la investigación que llevan a cabo quince personas en la Universitat Politècnica de Catalunya dentro del área cloud, en estrecha colaboración con la Barcelona Supercomputing CenterCentro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS).
A pesar de la innovación del proyecto, algunas empresas y usuarios todavía tienen dudas sobre la cloud computing. No es la primera vez que los servidores fallan. Un ejemplo reciente es la parada de servidor que sufrió la compañía norteamericana Google el pasado 24 de febrero en una de sus aplicaciones más populares: el Gmail.
El miedo a guardar el material en un lugar en el que nadie sabe dónde está ni quién lo controla, junto con las dudas sobre la confidencialidad y la privacidad de la información, son los aspectos que ponen en peligro la aplicación de este innovador proyecto.
Para más información, podéis consultar el monográfico Cloud computing, trabajar en una nube , publicado en la página web de la Universitat Politècnica de Catalunya .■